En silvicultura se viene usando la fotografía aérea ya desde hace decenios para inventariar terrenos forestales, cartografiar daños después de una catástrofe y para otras muchas tareas. A tal fin pueden usarse hoy diminutos vehículos aéreos no tripulados llamados drones dirigidos desde tierra.
Su uso para tomar datos fotográficos permite una planificación flexible a corto plazo y con ella la rápida obtención de aquellos productos fotográficos que se deseen. Gracias a su baja altura de vuelo, los drones también operan con nubosidad cerrada. Además los electromotores, silenciosos y de bajo consumo, no sólo preservan el medio ambiente sino que a su vez disminuyen el acoso acústica de personas y animales. Equipados con una cámara de alta resolución o con sensores, el dron viene cerrar el espacio entre la dificultosa inspección sobre el terreno y una costosa exploración a vista de pájaro con helicópteros o aviones tripulados.
Su creciente éxito se debe también al ya menor precio de las soluciones industriales y a que la capacidad de rendimiento de estos «operarios voladores» crezca de continuo.
Los multicópteros pueden despegar y aterrizar en vertical como un helicóptero. Se pilotan desde tierra con ordenadores portátiles. Están equipados con GPS y son capaces de mantener autónomamente tanto la posición como la altura o de volar a ubicaciones determinadas por GPS. Los tiempos máximos de vuelo de los nuevos desarrollos son hasta de 1 hora según su estructura y su peso. La cámarapuede girar 360 grados. Gracias a la suspensión y control de vuelo inteligentes, la posición es mantenida automáticamente y se alcanza una gran estabilidad de captación de imágenes.
El multicóptero transmite en directo imágenes digitales «geo-referenciables» – o sea que éstas pueden ser integradas con exactitud en las coordenadas geográficas existentes a fin de que los objetos fotografiados puedan ser localizados con toda exactitud. Tampoco los modelos de superficies 3D suponen problema alguno. Algunos fabricantes ofrecen «vídeogafas» que permiten, por así decirlo, verlo todo desde el mismo aparato. Mientras que el dron sobrevuela un objeto mediante control visual o por GPS, se ven con toda exactitud, en tiempo real y en directo, las imágenes que transmite la cámara, pudiendo ajustarse la altura, la perspectiva y el recuadro de la imagen.
El uso de plataformas volantes no pilotadas permite inventariar y vigilar zonas de silvicultura con una precisión desconocida hasta ahora y un alcance mucho mayor. Aquí desempeña un papel importante tanto la baja altura de vuelo como la amplia independencia de las condiciones meteorológicas. Los resultados del vuelo pueden integrarse además de inmediato en la planificación operativa.
Clásico ejemplo del uso de drones es la cartografiación de bosques y campos. El material suministrado puede usarse a corto plazo para los más diversos análisis y aplicaciones, por ejemplo para comprobar la salud los árboles y otras plantas.
Aquí figuran la detección precoz y el pronóstico de las infecciones por plagas, al igual que la determinación de la humedad o la cantidad de madera muerta. El estado de las coronas arbóreas, cuya comprobación antes exigía gran esfuerzo, lo documentan hoy los drones con fotografías absolutamente nítidas en sólo pocos minutos.
Además, el análisis de los daños causados por tormentas, agua, nieve, granizo y fuego es también una de las tareas principales que los drones asumirán con seguridad cada vez más en el futuro. No en último lugar, el «ojo» del dron localiza sin esfuerzo la posición y la medida de los daños ocasionados por los animales silvestres.
Gracias a la combinación de fotografías por infrarrojos y NDVI (inglés: Índice de Vegetación Homologado y Diferenciado) pueden medirse el crecimiento de las plantas, la extensión de la vegetación y la producción de biomasa. El sencillo registro del estado de los cultivos forestales permite planificar detalladamente todo tipo de reforestaciones y determinar con exactitud cuántas plantas habrá que colocar en qué ubicación y con qué distancias intermedias. Sin embargo, construir sendas de arrastre o montar teleféricos de transporte en las montañas suele ser un gran problema. Desde abajo resulta muy difícil comprobar si en el trazado hay rocas, rebordes o árboles protegidos. El dron ofrece de inmediato claros resultados y permite tomar decisiones rápidas.
De otro modo que en la fotografía aérea convencional, que sólo permite enfocar verticalmente hacia abajo, la cámara del dron es basculable y por tanto puede registrar también las laderas con toda exactitud. La observación del cambio climático es otro campo de acción del multicóptero que tiene importancia creciente: aquí la silvicultura puede respaldar de modo decisivo las decisiones políticas con sus documentos digitales irrebatibles.
Un estudio del McKinsey Global Institute de mayo de 2013 muestra que, como parte de la robótica, los drones influyen ya hoy en factores tan decisivos de la economía como los costes laborales, productividad, flexibilidad y seguridad. De hecho, su eficiencia, economía y su uso sencillo abren al multicóptero un gran potencial de futuro. Su trabajo, silencioso y de bajas emisiones gracias al motor eléctrico, le convierte en una innovación que satisface de pleno las exigencias tecnológicas actuales.
Este tema será presentado en el área de demostraciones que tiene el KWF (Patronato para Trabajos Forestales y Silvicultura) en el recinto descubierto de la LIGNA 2015, en Hannover, de 11 a 15 de Mayo.
Muy buena informacion solicito si fuese posible hacer llegar informacion sobre nuevos avances en Silvicultura de presicion.