Actualmente el mercado de las frondosas estadounidenses vive una realidad compleja: En 2020 y principios de 2021 la pandemia y el consiguiente déficit de trabajadores para la extracción y el transporte de la madera (las ayudas de los estados y de la propia nación han provocado que muchas personas hayan optado por quedarse en casa…), así como las lluvias de invierno, primavera y otoño, con registros de pluviosidad récord en más de 120 años, provocaron una caída de la producción en torno al 28%. La mayor en los últimos 60 años. (FIGURA 1)
Entretanto, la demanda está por las nubes. Para empezar, en el mercado doméstico, impulsada por las reformas y renovación en el hogar: muebles, suelos, ventanas, puertas… “Los negocios de DIY han vivido el mejor año de la historia”, declama Mike Snow, Director Ejecutivo de la American Hardwood Export Council (AHEC).
A ello se ha sumado la escasez de viviendas y las inmejorables condiciones para obtener una hipoteca (menos del 2% para compras a 30 años). “Estamos cerca de los registros que nos llevaron al colapso financiero en 2008”, advierte Mike Snow.
Con una demanda tan fuerte y una oferta escasa, los precios de las frondosas estadounidenses han subido bastante. “Oferta y demanda están tan alejadas que en el mercado se genera incertidumbre”. Así las cosas, el importador duda y no sabe cuál es el mejor momento para comprar madera.
Sin embargo si miramos atrás, a 1970, y tenemos en cuenta la evolución de la inflación, la única especie que actualmente se vende por más dinero que en aquella época es el roble blanco. Por mucho que hayan subido su precio en los últimos meses, todas las demás especies de frondosas estadounidenses se venden hoy por menos que por lo que lo hacían hace 40 años.
Con todo, el 52% de las frondosas de Estados Unidos se consumen en el mercado doméstico, y el 48% van a la exportación. Y la producción se está recuperando, con los progresos en la vacunación y la vuelta al trabajo de los profesionales del sector. “Los precios han sido bajos durante mucho tiempo –concluye Mike Snow-, debido a la falta de demanda en el mercado doméstico. Si no fuera por las exportaciones en los últimos 20 años, esta industria tendría muchos problemas”. (FIGURA 2)
PROMOCION EN EUROPA
“Es fundamental que la demanda de madera encaje con lo que hay en el bosque”.
Los fabricantes de barricas, para almacenar vino o whisky, están pagando lo que haga falta por el roble blanco. Junto con los fabricantes de chapa, son los clientes prioritarios de los proveedores de frondosas de Estados Unidos. “Tenemos que romper el hábito que tiene Europa de comprar solo roble blanco”, asevera el Director Ejecutivo de AHEC.
En efecto, la tala selectiva no es buena para el roble blanco, porque esta especie necesita espacios muy abiertos. Y sí lo es para roble rojo, tulipwood, cerezo o arce, por ejemplo. “Esto es lo que tiene el bosque, y su consumo garantiza su sostenibilidad”. Este es ahora el mensaje de AHEC para los importadores e industriales europeos. (FIGURA 3)
También en otros mercados maduros como Australia y Japón. “Todos quieren roble blanco, a menudo para aplicaciones donde no hace falta, y se podría emplear roble rojo del norte, que crece más lento y claro que en el sur, y es muy parecido”, explica Snow.
La pandemia no ha frenado el trabajo de promoción de AHEC, que ha sido intenso en los últimos doce meses, particularmente en Europa. Con los proyectos “CONNECTED”, “TOCA MADERA” y ahora “MIRALLES. Perpetumm Mobile”, así como concursos internacionales para jóvenes diseñadores. Fomentando siempre las especies menos frecuentes y también los nuevos usos de la madera. Por ejemplo, los elementos de madera estructural fabricados con tulipwood, un material que destaca por su ligereza y resistencia, donde AHEC observa que existe un nicho de mercado.
EUROPA, CAPITAL DEL DISEÑO
A pesar del escenario de pandemia y sus consecuencias, el mercado español creció para los exportadores de frondosas estadounidenses. “Nos alegra mucho que estamos viendo por primera vez roble rojo en España –anuncia Mike Snow-. También en Inglaterra, Italia o Alemania. Una madera idónea para hacer parquet, muebles, etc., que admite muy bien diferentes acabados”. (FIGURA 4)
AHEC no lo relaciona sólo con el elevado precio del roble blanco. “Hace ya varios años que se inició la demanda y las compras de roble rojo en Europa”. Y aunque el volumen es pequeño, todavía alejado de las cifras que registran Japón o China, AHEC detecta los efectos de la influencia de los diseñadores. “El diseño europeo marca lo que se va a fabricar en muchos lugares, genera tendencias mundiales. Por eso confiamos mucho en la influencia de los influencers”.
HACIA UN SISTEMA DE CERTIFICACIÓN
La fragmentación en las compras de los aserraderos ha dificultado históricamente registrar la trazabilidad de la madera de frondosas estadounidenses.
La tecnología está ayudando a seguir cada pieza de madera, desde su origen en el bosque. “Este era nuestro talón de Aquiles; nunca hasta ahora habíamos podido hacer esto”, admite Mike Snow.
Entretanto, la Unión Europea y el Reino Unido están aceptando una “evaluación de riesgo” para el biocombustible, los pellets, porque hay necesidad de este producto. Lo cual no se aceptaría por la madera maciza… “No tienen que ser certificados por FSC, lo cual es un acto de hipocresía”, opina Snow.
Según las cifras que maneja AHEC, el bosque certificado en el mundo en 2010 era el 10%. Y en 2020, el 12%. Evidentemente, la certificación de la madera no avanza. Otro 10% es madera de origen ilegal. ¿Cómo evaluar la gestión del 78% restante? Esto es lo que desea resolver AHEC mediante el registro de la trazabilidad de la madera de frondosas en su territorio. Con el objetivo de desembocar en un sistema de certificación aceptado por el mercado. (FIGURA 5)
MADERA, ANTE TODO
Generar madera requiere lluvia y sol. Y muy poca energía. El resultado es un material renovable, reciclable, que almacena carbono. Si alguien lo inventara hoy, se haría rico… ¿Cómo es posible que disponiendo de madera, aun hoy no se fabrique casi todo con este formidable material?
El enemigo real de las frondosas estadounidenses, remarca el Director Ejecutivo de AHEC, son los materiales que no son madera; como los plásticos, el pvc, la melamina, el vinilo, aluminio, etc.
“Todavía muchas personas piensan que cortar árboles es algo malo, y relacionan la madera con algo que se quema –concluye Mike Snow-. Las empresas que fabrican materiales alternativos a la madera conforman lobbies muy fuertes, con bolsillos muy profundos, que contraatacan con campañas de publicidad muy potentes”.
AHEC lleva muchos años trabajando por promocionar el uso de la madera en el mundo. Y lo seguirá haciendo. Afortunadamente, poco a poco el tiempo le va dando la razón.