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Una segunda vida para la madera de deriva

La asturiana Fini Álvarez Pérez utiliza la madera que arrastran los ríos al mar para hacer verdaderas obras de arte.

Dar una segunda vida a la madera, eso es lo que hace la asturiana Fini Álvarez Pérez, con aquélla que es arrastrada por los ríos hasta el mar y queda en la playa. “Me apasiona caminar por las playas asturianas y descubrir pequeños tesoros entre la madera que reposa en la arena. Aprovechar esa madera de deriva para diseñar lámparas, espejos, percheros…”, apunta Álvarez Pérez.

La afición de esta asturiana comenzó hace diez años, cuando se inició en la talla de madera. “Estaba en la playa y empecé a coger palos y a curvarlos dando forma a una lámpara. De ahí seguí tallando y trabajando en ello. Más tarde, mi marido me hizo una página en Facebook y empezó a subir los trabajos que hacía -relata-. «Al pasar uno o dos meses, una chica se puso en contacto conmigo para saber si estaría interesada en exponer con ella en un centro comercial. Gustó y decidí hacer una exposición sola, que es Madera de Deriva”.

Fini recoge toda la madera que encuentra en las playas, como ella misma dice, “por mí me lo llevaría todo”. En sus paseos por la playa de San Juan de la Arena o de Ribadesella va recogiendo la madera y selecciona la que está mejor para hacer las piezas para las exposiciones. “La dejo secar y una vez seca estudio para qué puedo utilizarla. Otras veces ya sé para qué la quiero según la recojo en la playa”, asegura.

Una vez seca, Fini realiza todo el tratamiento de la madera;í la lija, la limpia, le da cera, la barniza… “Me apasiona este trabajo. Siempre tengo ideas en la cabeza y no me cierro a nada”, señala esta asturiana, quien reconoce que la madera con la que trabaja, de estar tanto tiempo en el agua, cambia algunas de sus propiedades, como el color. “Algunas veces he preguntado qué tipo de madera es, pero en muchas ocasiones no saben decírmelo”, añade.

LA EXPOSICIÓN

“Fuiste reina del bosque, arrancada de tu verde nacimiento. Redondeas tus esquinas dando tumbos sin rumbo en un torrente de agua dulce, exhausta llegas a la desembocadura del rio, huidiza, exhalas y saboreas la sal del mar, sientes en tu piel de madera las puñaladas de las rocas, la caricia hiriente de la arena. Fuego o podredumbre, maléfico destino el tuyo. Recibiendo miradas de desprecio por servirte de la playa como impropio cementerio.

Quiero darte una nueva vida llena de luz y elogios. Mis manos limpiaran tus cicatrices, revelando tu hermosura llena de nudos, fibras y anillos. Hueles a salitre y resina. Rebosas mis sentidos de felicidad y yo, a cambio, madera de deriva, te doy una nueva oportunidad”. Estas son las palabras con las que Fini Álvarez presenta su exposición «Madera de Deriva».

Lámparas, perchas, sillas, espejos, barcos… Todos esos objetos pueden encontrarse en la exposición de Fini en la Casa de la Cultura de Mieres, la primera muestra que alberga el edificio municipal desde la cuarentena. “Me propusieron realizar la exposición y me pasé el confinamiento realizando las obras para poder exponerlas. Le dediqué muchísimas horas”, recuerda entre risas esta artista asturiana.

Fini tiene cariño a todas sus obras, pero si hay que hacerlo, destaca cuatro por encima del resto, con las que tituló como «Silencio Rugiente», «Viento», «Minotauro» y «Lucifer». “Todas me gustan y con todas tienes algo especial, pero con estas cuatro tengo un mayor sentimiento”, concluye.