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La MADERA, material del siglo XXI, aplicado a la nueva COCINA

Estamos volviendo a la ausencia de diseño, a un diseño elemental. No se trata de formas, sino de volver a la máxima sencillez y elegancia.

Si al arquitecto y diseñador italiano Matteo Thun se le hubiera hecho la típica pregunta «¿qué se cuece?» durante la feria del mueble IMM de Colonia del pasado mes de enero (18-23 enero 2011), la respuesta obtenida habría sido, casi con toda seguridad, arroz a la Gorgonzola. Su instalación, que era definitivamente eso y no una cocina de exposición, situada a la entrada de la zona Living Kitchen, fue uno de los pocos lugares en los que la cocina servía exactamente para aquello para lo que se había ideado: realizar una deliciosa, completa y sencilla comida.

 

La cocina combinaba las dos pasiones de Thun: la madera y la comida. Pasión por la madera que comparte con el fabricante de mobiliario Maurizio Riva y que les ha llevado a trabajar juntos durante mucho tiempo, por lo que, cuando se empezó a hablar acerca de cómo crear una cocina, se acordó inmediatamente que se realizaría en madera.

 

«La Cucina» de Thun pretende llevar deliberadamente a un momento anterior a los aparatos de cocina y a la mecanización, cuando el centro de la más sencilla cocina era la convivencia. «No soy amigo de todos esos aparatos eléctricos,» declaró Thun. «Atentan contra la naturaleza de nuestro enfoque mediterráneo, que gira alrededor de unas sillas y una charla con la nonna (abuela).»

 

Así, a la entrada de una exposición que muestra alguna de las más avanzadas tecnologías, Thun llevó a cabo un enfoque deliberadamente simple. Su cocina se centró en tres temas clave: un trípode central con una olla, una zona para la preparación de la comida y otra para su almacenamiento. En medio había taburetes y, a los lados, bancos de madera para poder llevar a cabo las actividades de mayor importancia: hablar y comer.

 

La abundante madera escogida para la instalación fue nogal negro estadounidense para el mobiliario de almacenamiento y de preparación de la comida, kauri antiguo para la fuente y la mesa/ala de trabajo, roble blanco estadounidense para el suelo y cedro para los taburetes centrales y bancos perimetrales.

 

La madera de nogal negro estadounidense proporcionada por la American Hardwood Export Council (Ahec) y utilizada en «La Cucina» tiene también una historia de sostenibilidad que contar ya que provino del reciclaje de la madera de la instalación realizada en la tienda Marni en Milán en abril de 2010 y que fue otro proyecto de cooperación entre Matteo Thun, Riva 1920 y Ahec desarrollado durante la semana del Diseño de Milán.

 

La madera para «La Cucina» se cortó y preparó en la empresa del fabricante de muebles Riva 1920, al norte de Milán, y allí Thun remodeló algunos de los elementos para dejar su cocina «al dente».

 

Los elementos de «La Cucina» vuelven a ser deliberadamente sencillos, estantes abiertos en los que todo queda a la vista. «Se encuentra inmediatamente aquello que se necesita para cocinar,» dijo Thun. «Al contrario que en las cocinas americanas, donde todo está oculto. En ellas hace falta una buena memoria.»

 

Pero aunque critica abiertamente la necesidad de tener una buena memoria a la hora de preparar la comida, la memoria es una de las razones por las que Thun adora la madera. Dijo «la belleza no está sólo en el aspecto natural de la madera. Está sobre todo en la memoria que en ella queda impresa del cómo se ha empleado antes.» Y añadió, «la pátina, que es el efecto memorístico de la superficie de la madera, es lo que me gusta. Creo que todos nos enamoramos de la pátina al ser el reflejo de la historia del objeto en su superficie. Por eso llevamos vaqueros lavados a la piedra que proporcionan una historia, si bien artificial, al algodón. En el caso de la madera, al igual que si fuera un viejo granjero, las arrugas cuentan la historia de una vida maravillosa».

 

Thun está convencido de que «la madera es el material del siglo XXI, no el cemento. En un día de lluvia, la madera del interior absorbe la humedad y hace que nos sintamos mejor. También mejora la acústica.»

 

Thun describe su propio diseño de mobiliario diciendo que «estamos volviendo a la ausencia de diseño, a un diseño elemental. No se trata de formas, sino de volver a la máxima sencillez». Sus bancos son verdaderamente sencillos, pero son sumamente elegantes, con una delicadeza que únicamente puede surgir de una espléndida comprensión del comportamiento de este material. De hecho, este arquitecto rinde un tributo a los fabricantes de bancos cuando dice «Riva comprende que el detalle no sólo es belleza, sino también garantía de duración, de duración estética.»

 

Podríamos imaginarnos sentados a la mesa, en esos bancos realizados por Thun, charlando mientras tomamos una deliciosa comida. Thun cree que este es el centro de una vida sana. En Italia, según él, «se come demasiado tarde, no se desayuna, y aún así la gente está sana porque existe una convivencia con la familia». Esta es la máxima central del movimiento Slow Food que se creó en Italia y en el que Thun está involucrado, formando parte de una cadena de restaurantes llamada ‘Vapiano’ (despacio) que se está extendiendo por toda Europa.

 

Si su interés por la comida es muy italiano, su entusiasmo por la madera es menos común. «Los italianos no tienen relación con la madera más allá de sus barcas», según él. Pero Thun está decidido a cambiar esta situación. Si lo consigue, no solo el arroz, sino también toda una forma de vida estarán «al dente», esto es, en su punto.

 

Ruth Slavid

Periodista de arquitectura