Un Mikeldi de madera de cuatro metros de altura preside, desde diciembre de 2023, la pequeña plaza de Madalenoste en Durango. La escultura, realizada íntegramente con madera reutilizada, principalmente de palets de pino local sin tratamiento, fue creada por la asociación de escultores Eskuahaldunak junto a alumnos de Bachiller Artístico del Instituto Fray Juan de Zumárraga.
“Se trata una replica de unos cuatro metros para recuperar así la primera escultura del país que data de hace unos 2.500 años”. explica el presidente de la asociación Guille Olmo. “Representa a un jabalí, pata de 1,30 metros de altura y 1,90 metros de longitud, realizada en piedra arenisca y con un mínimo de 2.300 tiene una anchineza anual más que la mano de Irulegi”, señala.
En un primer momento, la escultura fue concebida como arte efímero, para ser expuesta en diciembre y que desapareciera. Sin embargo, la Asociación de Escultores ha solicitado formalmente al Ayuntamiento la autorización para que la obra pueda permanecer en su ubicación actual hasta enero de 2025. La petición se fundamenta en el valor cultural y artístico que la escultura aporta al espacio público de Durango.
Las condiciones establecidas por el Ayuntamiento para que la escultura continúe incluyen: el cierre de la parte trasera para impedir el acceso al interior de la escultura, la presentación de un informe de un arquitecto externo que garantice la no afectación al suelo y la estabilidad de la obra, la obtención de autorización por parte de las y los propietarios del terreno en el que se ubica (privado de uso público), la revisión periódica del estado de la madera y el compromiso de retirar la escultura para el 30 de enero de 2025.
Ambas partes han aceptado estas condiciones y valoran positivamente el acuerdo alcanzado, lo que permitirá a la ciudadanía y visitantes de Durango disfrutar de esta expresión artística por un tiempo extendido.
HISTORIA DEL ÍDOLO DE MIKELDI
El Ídolo de Mikeldi es una escultura zoomorfa de piedra arenisca hallada en Durango, que representa a un cerdo o a un toro que incorpora entre su patas un disco. Su datación es incierta (algunas teorías apuntan a la Segunda Edad del Hierro entre los siglos IV y II a. C.). Toma el nombre de la ermita junto a la cual fue hallado, San Vicente de Mikeldi.
Se trata de la representación de un cuadrúpedo de 1560 kilos y un volumen de 0,625 metros cúbicos, realizada en piedra arenisca de Gallanda, montaña próxima. Pudo tener inscripciones. Se estima que tuvo finalidad funeraria. Es una pieza única en Euskadi, siendo más habitual en la meseta castellana. Es similar a los verracos de piedra de los vetones.
En 1634 Gonzalo de Otalora y Guissasa en su libro Micrología de la Merindad de Durango habla ya de la existencia de este ídolo, lo describe e indica la existencia de caracteres «notables y no entendidos», así como su antigüedad.
La figura del jabalí era un animal sagrado en la Bizkaia de entonces, siendo probablemente un ídolo pagano, por lo que consideran que fue la razón para que lo enterrasen. Tras su descubrimiento en 1864, fue enterrado de nuevo por el mismo motivo.