Tras los sonados resultados de los años de pandemia, la industria de la madera vive una temporada de “reflexión”. Llegan señales negativas de todos los sectores que forman parte de ella, datos que muestran descensos y, en el mejor de los casos, un tímido mantenimiento. Pero la tendencia predominante es, sin duda, la de una vuelta a las tendencias “pre-Covid”, si no a tiempos aún menos satisfactorios.
Los observadores esperaban este resultado, pero más de uno había pronosticado una recuperación, aunque moderada, en la segunda mitad del año. Un movimiento al alza que no se ha producido, probablemente debido también a la infravaloración del tiempo necesario para salir de la situación generada por los conflictos bélicos en Palestina y Ucrania, que han provocado el cierre de partes significativas de los mercados mundiales.
El mundo de la tecnología de la madera, de la que se nutre toda la cadena de suministro, cerró 2023 en los niveles del año anterior. Según los datos publicados por Acimall, la asociación de fabricantes italianos de maquinaria y equipos para las industrias de carpintería y mueble, la producción se situó en 2.650 millones de euros (un 0,1% más que en 2022), las exportaciones se mantuvieron (1.840 M€, un 2% más) y el mercado interior registró un claro retroceso (805 M€, un 4% menos). Los datos de 2024 confirman la fase difícil, con una contracción de los pedidos que persiste desde hace 9 trimestres, sin signos de mejora.
Consideraciones similares se aplican al gran sector del mueble que, según los datos publicados por el Centro de Estudios FederlegnoArredo, registró una caída de las ventas del 5,2% en los seis primeros meses de este año, en comparación con el primer semestre de 2023. El mercado interior fue más débil (-6%) que el exterior (-4,1%). No falta confianza en que en el segundo semestre pueda ponerse en marcha un primer cambio de tendencia, aunque “leve”, que devuelva los valores a los de 2023, gracias sobre todo a las exportaciones, que en enero-junio de 2024 se mantienen, e incluso crecen en torno a un 3,7%.
El “macrosistema del mobiliario”, el capítulo más significativo de las actividades representadas por FederlegnoArredo, registró una caída del 3,7% respecto a enero-junio de 2023 (menos 3,1% en Italia, menos 4,2% en el extranjero). Se prevé que el año 2024 podría cerrarse con un crecimiento global del 1,4%, a lo que se suma la caída en el mercado nacional, que podría rondar el 0,4%, y una satisfacción mayor fuera del país transalpino (más 3,3%).
Menos contenida es la contracción del “macrosistema de la madera”, que cierra el primer semestre de 2024 con un -7’8% definitivo (-9,6% en el mercado interior, -3,2% en el exterior). En cuanto a las previsiones, los datos recogidos por FederlegnoArredo anuncian un posible reajuste en 2024 sobre los niveles de 2023 (más 0,4%), gracias a la recuperación de las exportaciones (más 6%), que suponen el 28% de la facturación, lo que compensaría la caída interanual prevista del 1,7%.
Datos confirmados por el Istat, según los cuales producción de muebles en julio de 2024 fue un 1,2% inferior a la del mismo mes de 2023, mientras que en el período de enero a junio de este año la caída fue del 4,4 por ciento.
En cuanto a la madera, en julio de 2024 fue incluso un 10,9% inferior a la del mismo mes de 2023, mientras que entre enero y julio de este año se registró una contracción del 4,1% en comparación con el mismo período de 2023.