Francisco Luis Martos, Premio Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2020

En la categoría de estructuras de madera y carpintería.

Francisco Luis Martos, maestro carpintero de ARTESONADOS MUDEJARES, empresa con sede en Úbeda, Jaén, dedicada a realizar artesonados, también dorados y policromados, ha ganado el Premio Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2020 en la categoría que engloba las armaduras y estructuras de madera, mobiliario, mocárabes, tornería, talla en madera, carpinterías de puertas y ventanas y otros trabajos de carpintería.

“Desde hace tiempo me dedico a hacer carpintería mudéjar, artesonado, cubierta y estructura e incluso algunos policromados. Empecé hace bastantes años a través de un trabajo para restaurar un artesonado mudéjar. Me puse a buscar información y prácticamente no encontré nada, salvo algunos trabajos de Enrique Nuere, con quien más adelante contacté y colabore”, afirma sobre sus inicios Martos.

Este maestro carpintero explica que cuentan con dos líneas fundamentales de trabajo; una de ellas es la restauración de patrimonio y otra la construcción de nueva obra. “Hemos trabajado mucho para instituciones privadas, pero lo que más disfruto es restaurando, por todo lo que aprendes. La mayor parte de materia prima que usamos es la que tenemos más cercana; aquí tenemos cerca la sierra de Cazorla, por lo que con la que más trabajamos es con el pino laricio”, indica.

Su actividad ha tenido gran influencia sobre la conservación del patrimonio cultural de Andalucía, por su trabajo de restauración, investigación y conservación en distintos monumentos del patrimonio cultural. Cabe destacar entre sus muchos trabajos, la restauración del artesonado de la Iglesia de Santa maría de Vélez-Málaga (2001), fabricación de artesonados mudéjares para el Museo de la Memoria Histórica de Andalucía, fabricación de artesonados del Alcázar de Toledo o de la antigua Estación de Córdoba en Sevilla.

“La función principal que tiene un artesonado es la de sujetar un tejado, pero además se puede ornamentar, bien con pigmentos, con talla o incluso con dorados o policromía, apunta Martos, quien reconoce que es un trabajo en el que la precisión es fundamental. “Equivocarte en un milímetro es equivocarte por 100, ya luego todo el artesanado va mal”.

Para realizar su labor utilizan maquinaria electroportátil que permite cortar y serrar, lo que es la labor más ardua del trabajo, pero también utilizan la herramienta tradicional como los formones o la sierra de mano. “Este tipo de trabajo requiere de las herramientas tradicionales, por no haberse inventado aún otras que lo puedan llevar a cabo”, apunta Martos, al que le gustaría que el actual encargado del taller se hiciera cargo del mismo el día de mañana. “Hay cierto desconocimiento sobre esta labor, cómo se ha de restaurar y él lo conoce a la perfección”.

Su respeto por el medio ambiente, una escrupulosa selección de las maderas, así como su profundo conocimiento y experiencia en este oficio, hacen que cada una de sus creaciones sean realmente exclusivas y de altísima calidad, talladas a mano e impregnadas de la personalidad de su autor. Circunstancias que le han llevado a poder inaugurar importantes sucursales de Artesonados Mudéjares en América u Oriente Medio, así como obtener numerosos premios y menciones.

En cuanto a la transmisión de sus conocimientos, desde el año 2003, Martos ha sido profesor de carpintería mudéjar en el Centro de Formación en Artesanía, Restauración del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de Granada, Centro Albayzín, hoy Escuela Andaluza de Restauración, impartiendo cursos y formando a más de 200 alumnos. También ha impartido charlas y conferencias sobre artesanía y carpintería histórica española y ha sido asesor de proyectos para estudios de arquitectura.