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La JUNTA DE EXTREMADURA se vuelca en la formación de resineros

El próximo curso será online y se desarrollará del 18 al 29 de octubre.

La Junta de Extremadura sigue apostando fuerte por el sector resinero. De este modo, gracias al Plan de Formación y Sensibilización para el Aprovechamiento de Recursos Agroforestales, pondrá en marcha el curso “Acción formativa de iniciación al aprovechamiento resinero”, el cual tendrá una duración de 20 horas y se realizará de manera online.

Se trata de un curso para dotar a los interesados con los conocimientos precisos para la ejecución de las diferentes técnicas de extracción de resina de “Pinus Pinaster” en pro de la sostenibilidad del recurso y la preservación del medio ambiente y así poder fomentar el desarrollo de este tipo de aprovechamiento en los entornos rurales y como consecuencia potenciar la iniciativa personal. El mismo se desarrollará del 18 al 29 de octubre.

Un curso más sobre extracción de resina a los que sumar a los ya realizados en las localidades de Torrecilla de los Ángeles, Nuñomoral, Caminomorisco y Santibáñez el Alto.

En los años 60, eran muchos los extremeños que se ganaban la vida siendo resineros, pero todos ellos se vieron expulsados del sector ante el auge de la resina sintética que producían países como China. La crisis económica que se inició en 2008 llevó a algunos jóvenes de la región a mirar de nuevo a sus montes y a recuperar una actividad que se había perdido por completo. En estos momentos, en Extremadura hay ya unos 60 resineros, pero el potencial es mucho mayor.

Cada pino puede producir alrededor de dos kilos y medio de resina al año, que se van almacenando en cubas de 200 kilos para enviarlos a la fábrica. Hay varias por España, la mayoría en Castilla y León, pero ninguna en Extremadura. Como señala Juan José Hernández, uno de los resineros más veteranos de la región, “es el mismo problema que tienen otros sectores. En Extremadura somos capaces de generar muy buena materia prima, pero luego el valor añadido va para otras regiones. Lo ideal sería que se estableciera un centro logístico y una primera transformadora de resina aquí, y así nos ahorraríamos también esos viajes tan largos».

El potencial de la actividad resinera de la región es enorme. Según un estudio de la Oficina de Economía Verde y Circular de la Junta de Extremadura en la región hay 86.851,23 hectáreas de pinar de la especie “pinus pinaster», que es la más productiva. A esa cifra le han realizado una criba eliminando aquellas zonas que no se podrían resinar debido a la pendiente o a la madurez de los árboles. El resultado es muy esperanzador: 50.732 hectáreas podrían entrar en producción de forma inmediata. Si las matas de cada resinero constan de una superficie media de 16 hectáreas, se podrían generar hasta 3.170 puestos de trabajo. Lógicamente es una cifra muy abultada y poco realista, porque sería muy difícil conseguir un rendimiento absoluto, pero se estima que podría haber unos 600 o 700 empleos.

Además, las nuevas técnicas de resinación que han ido apareciendo han permitido que este sector ya no esté restringido únicamente a los hombres como antaño. Poco a poco se está incorporando la mujer, porque es un oficio que requiere de más habilidad que esfuerzo físico. De hecho, ya hay algunos casos por las zonas de la Vera y las Hurdes que están siendo muy exitosos. “Potenciar el sector resinero en la región podría conllevar otras ventajas indirectas. Una de ellas es que puede ayudar a frenar la despoblación rural, puesto que además las zonas que más sufren este problema las que cuentan con más pinares disponibles a su alrededor”, apuntan.

Además, los resineros son quienes han conservado buena parte de los bosques; sin su trabajo, las zonas forestales son más vulnerables al avance de plagas, incendios y tala ilegal. La presencia de resineros en el monte es toda una garantía contra la aparición de incendios, puesto que no solo tienen una percepción inmediata de cualquier conato de fuego, también realizan otras funciones como la limpieza del monte y la reducción de biomasa, la apertura de caminos o accesos que faciliten las labores de extinción.

“En conclusión, tenemos una gran potencial en la región pero hay que apostar por tres pilares para fomentar el desarrollo del sector: formación, difusión e investigación”. Algo en lo que ya están trabajando en la actualidad.