La primera jornada de Egurtek 2020 terminó con una mesa redonda organizada por Baskegur, en la que expertos de Canadá, Finlandia y País Vasco debatieron en torno a la estrategia de bioeconomía impulsada por sus respectivas administraciones, así como el papel que juegan la bio regiones para desarrollar estas políticas.
Oskar Azkárate, director general de Baskegur, fue el encargado de moderar la mesa y presentar a los participantes.
Intervino en primer lugar la finlandesa Leena Leskinen, quien dio a conocer el marco estratégico para el éxito de la bioeconomía forestal en Karelia del Norte.
Leskinen introdujo su intervención destacando que la zona de Karelia del Norte es perfecta para desarrollar una bioeconomía forestal, ya que tiene 21.000 kilómetros cuadrados, de los cuales el 89% están ocupados por bosques. El bosque representa el 6% de la economía de una comarca en la que hay poco más de 163.000 habitantes. La zona cuenta con varios aserraderos, una fábrica que produce pasta para textiles y pronto albergará una biorrefinería. La ponente finlandesa concluyó que “necesitamos nuevas formas de gestión forestal para abordar el cambio climático. Hay que desarrollarse constantemente”.
El segundo en intervenir fue Greg Rampley, quien explicó las oportunidades y retos de la silvicultura en Canadá, donde el 70% de los pueblos indígenas viven de este sector. Rampley afirmó que “Canadá es el líder mundial en cuanto a la gestión sostenible de los bosques”.
Leire Baraño, directora general de Neiker, dijo en su intervención que uno de los objetivos del País Vasco es llegar a ser territorio neutro en carbono. “Son varias las razones por las que desarrollamos líneas en materia de bioeconomía -opina-. Nos dimos cuenta que tenemos muchas razones para profundizar, ya que más del 54% de la superficie es arbolada, además nuestro tejido industrial goza de un peso específico muy importante”.
Para finalizar su intervención, Baraño asumió que “la conexión y nudos europeos son muy relevantes de cara a poder realizar grandes cosas”. Y añadió que “en la bioeconomía tiene que haber una visión a largo alcance y oportunidades a corto plazo. La clave es invertir tiempo y tener una visión compartida a corto y largo plazo”.