por

ANEPROMA percibe que el prescriptor empieza a exigir el tratamiento ignífugo

El nuevo hotel Gold River, en Port Aventura, cuenta con 11 edificios y 24 cabañas, construido en madera.

En el parque temático de Port Aventura de la población tarraconense de Salou, se ha inaugurado recientemente el mayor complejo hotelero tematizado de Europa, el hotel Gold River, con una inversión de 67 millones de euros para su construcción.

 

El hotel ocupa 10 hectáreas de extensión, con una superficie construida de 30.000 metros cuadrados. El Gold River cuenta con 11 edificios y 24 cabañas, construido en madera, con una decoración minuciosa tanto en el interior como en su exterior, una perfecta réplica de un pueblo del Lejano Oeste de 1802, una perfecta puesta en escena que traslada al visitante, con su magnífica interpretación.

 

La madera que se utilizó para la construcción fue tratada con preservantes hidrodispersables en base acuosa, con el fin de garantizar su preservación frente ataques atmosféricos como el sol, la temperatura y humedad y también frente agentes biológicos como hongos, insectos y bacterias.

 

«Los agentes climáticos son sin duda los primeros en actuar en la superficie de la madera, provocando cambios dimensionales en la misma, pudiendo originar grietas, oscurecimientos y posterior dilataciones y contracciones de la madera -explica José Miguel Solís, secretario general de ANEPROMA-. El agua, por absorción o evaporación, provoca hinchamientos y resquebrajamientos, efectos que degradan la madera en el intemperie y la protección superficial que tenga, favoreciendo el ataque de agentes biológicos.»

 

«La madera, al ser un material ligno-celulósico, constituye un alimento para estos organismos vivos, en condiciones favorables pueden llegar a destruirla totalmente -continúa Solís-. Por este motivo, es importante realizar tratamientos eficaces para incrementar su resistencia natural.»

 

El tratamiento por autoclave se demuestra como la más eficaz tecnología para preservar la madera, junto con los productos químicos adecuados para cada caso.

 

La madera como el resto de materiales que quedan con una exposición vista como exige el Código Técnico de la Edificación, concretamente en el documento básico de Seguridad contra Incendios DB-SI tuvo que mejorarse su reacción y resistencia al fuego, para ello se utilizó una sal hidrosoluble, no halogenada formulada como producto retardante del fuego en madera, para uso exclusivo en autoclave.

 

Ambos tratamientos no alteran el color de la madera, admitiendo cualquier acabado, facilitando su pintado, barnizado, encolado o encerado. La madera una vez seca queda completamente inodora, a la vez que tampoco ataca materiales metálicos ni vítreos.

 

El actual reglamento español, definido en el Código Técnico de la Edificación, concretamente en el desarrollo del documento básico SE-M estructuras de madera, especifica y normaliza cada uno de estos tratamientos así como el de los productos a utilizar.

 

«Lo importante es que los prescriptores empiezan a exigir los tratamientos ignífugos para la madera -concluye el secretario general de ANEPROMA-.»