Cuando el Model T Ford Club of America decidió construir un museo dedicado al «coche que puso el mundo sobre ruedas», Richmond, Indiana parecía ser el ajuste perfecto. Una ciudad perdida en el tiempo, Richmond es uno de los lugares de nacimiento del jazz temprano, donde los gigantes del jazz como Jelly Roll Morton, Bix Beiderbecke y la banda de King Oliver con el joven Louis Armstrong tocaron y grabaron algunas de sus primeras canciones.
En el verano de 2017, más de 5000 visitantes, muchos conduciendo sus propios Fords Modelo T restaurados con el mayor cuidado, celebraron la gran inauguración del Centro de Educación Vintage Garage del museo.
«Model T Ford Club of America está dedicado a mantener viva la herencia del modelo Ford T», dice Dan Conder. Dan es el dueño de un aserradero de Wood-Mizer y miembro y ex presidente del Indy 500 Chapter del Model T Ford Club of America.
«Cuando se tomó la decisión de crear un taller mecánico para proporcionar oportunidades de capacitación a personas de todas las edades con respecto al manejo, reparación y restauración de coches antiguos, decidimos terminar el espacio de trabajo con madera de fresno para darles a los usuarios la sensación auténtica de un garaje antiguo».
Los troncos de fresno fueron donados, y Dan se ofreció como voluntario con su LT40HD de Wood-Mizer para aserrar los troncos en madera para el garaje.
«Hicimos investigaciones sobre qué aspecto debería tener el garaje para asegurar una experiencia auténtica y decidimos usar tablas verticales y listones», explica Dan. El proyecto tardó alrededor de un año en completarse, con docenas de voluntarios ayudando a aserrar y transportar madera, instalar esa madera sobre rastreles, cortar e instalar trabajos de acabado, y realizar todas las tareas necesarias para crear la apariencia de un garaje que podría estar construido en los días de gloria del Modelo T.
Hoy en día, el Centro de Educación Vintage Garage del Model T Ford Club of America realmente luce como si perteneciera a una fotografía retrospectiva de principios del siglo XX. Las paredes están cubiertas por herramientas antiguas y los visitantes vienen de todo el país para aprender sobre el patrimonio representado por el Modelo T.
«Ha sido bien recibido –concluye Dan-. Fue gratificante mostrar cómo habíamos pasado de los árboles a las paredes terminadas».
El proyecto de Dan ganó el primer premio en la categoría Fondo de Comercio del Wood-Mizer Best Contest 2017.