INTRAMA se ha dirigido históricamente a obra especial. Actualmente realiza trabajos de interiorismo en hoteles, locales comerciales, residencias, colegios, hospitales, etc. Son obras grandes o viviendas particulares de alto standing.
Antonio Arce, gerente de INTRAMA, nos transmite su satisfacción por la calidad en el acabado que están consiguiendo con la chapeadora HEBROCK F4, suministrada por MAESMA. “La tecnología está cubriendo poco a poco la falta de personal especializado en los talleres”, asegura.
Basil Feder es jefe de taller, lleva 16 años trabajando en INTRAMA y ha conocido dos encoladoras de cantos antes que la prestigiosa firma madrileña adquiriese, hace medio año, la HEBROCK F4.
“Se nota que es una máquina alemana, es robusta, eficaz y sencilla, no hemos tenido ni una reclamación de nuestros clientes ni de los montadores, por defectos de calidad”. Cantea incluso puertas con gruesos de hasta hasta 40 mm., “que antes teníamos que hacer a mano”.
El día a día también ha mejorado en el taller, “es sencillísimo poner en marcha y usar la máquina –comenta Basil Feder-. Empleamos distintos tipos y colores de cola, y los cambios de calderín son rápidos”.
El grupo tupí de entrada más el ribeteador de esquinas han hecho que no haya que retocar con formón ninguna pieza.
INTRAMA ha sabido adaptarse a la situación del mercado, durante y después de la crisis, y mantiene su buen nombre como una de las carpinterías de referencia en Madrid. Con 34 años de historia, llegó a tener 63 trabajadores, y actualmente cuenta con 20. “Ahora hay menos obra, y hemos tenido que reducir la plantilla y apostar por la maquinaria y la automatización”, admite Antonio Arce.
INTRAMA y MAESMA colaboran desde hace muchos años, “tenemos confianza en ellos y normalmente les pedimos que nos ayuden a decidir qué es lo que más nos conviene”.