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La UNIVERSIDAD DE GRANADA utiliza madera local y tecnología propia en la restauración del Hospital Real

En el Patio de la Capilla se han sustituido vigas de madera serrada del siglo XVI en mal estado por elementos laminados de madera y fibra de carbono.

Durante este mes se han acabado los trabajos de restauración del Patio de la Capilla del Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada (UGR), la gran obra que ha permitido ‘resucitar’ este emblemático espacio arquitectónico. La empresa granadina Dávila Restauración de Monumentos ha acometido la reforma de los forjados originales del patio, del siglo XVI, ya que varias de las vigas de madera estaban fracturadas por la sobrecarga de una escalera de piedra añadida en la primera mitad del siglo XX.

Vigas fracturadas antes de la rehabilitación

Ante la necesidad de respetar el tipo de material original (madera) y la imposibilidad de aumentar el tamaño de las vigas, el estudio Annona Arquitectura, encargado del proyecto de restauración, y la Unidad de Investigación de la Madera estructural de Andalucía (UIMA) de la Escuela de Ingeniería de Edificación de la UGR encontraron la solución en un producto innovador, las vigas laminadas reforzadas con fibra de carbono.

Las vigas nuevas

«La fibra de carbono, material de altas prestaciones en cuanto a su elevada resistencia y rigidez con muy poca sección, ha permitido que las vigas laminadas resultantes tengan una resistencia y rigidez muy elevadas, con un aumento mínimo de la sección de la viga, permitiendo así cumplir las exigencias de restauración de un edificio BIC», ha explicado el catedrático Antolino Gallego, coordinador de la UIMA.

Prensado de las vigas

Esta tecnología fue desarrollada hace tres años en un proyecto de investigación de la UIMA, y ahora está siendo transferida a través de la empresa Iberolam Timber & Technology, spinoff de la Universidad de Granada surgida del proyecto LIFE Wood for Future. El cálculo de las vigas para las cargas estimadas ha sido realizado por la oficina técnica de la empresa Iberolam y las vigas han sido elaboradas en la UIMA, con su propia maquinaria disponible.

Además, para mantener la conexión con los materiales del territorio, las vigas laminadas han sido realizadas con pino laricio extraído del Monte de Navahondona del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, a través de una colaboración entre el proyecto LIFE Wood for Future y la Delegación de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía en Jaén.

Tala de los pinos en la Sierra de Cazorla

«El pino laricio es la conífera de mayor resistencia y rigidez de Europa. Esto, junto con el uso de la fibra de carbono embebida en el laminado y la esmerada selección de las tablas, ha permitido conseguir un aumento del 32% en la rigidez y del 90% en la resistencia respecto a las vigas laminadas más exigentes disponibles en el mercado (GL32h)», ha resaltado Francisco Rescalvo, investigador de la UIMA responsable de la parte técnica de este proyecto.

La Unidad de Investigación de la Madera estructural de Andalucía (UIMA), el primer laboratorio de la UGR que se trasladará a la Azucarera de San Isidro (Granada), ha empleado pino laricio de la Sierra de Cazorla

Antolino Gallego ha destacado la importante labor de la UIMA, el primer laboratorio que se instalará en la Azucarera de San Isidro (futuro ‘ecocampus’ de la UGR), «como unidad de I+D+i que no solo investiga para publicar sus resultados, sino para transferirlos, comercializarlos y crear un impacto en el territorio, y en concreto en el patrimonio arquitectónico de Andalucía, Granada y la propia Universidad. Es investigación y desarrollo de la Universidad para la propia Universidad».

El catedrático ha subrayado la disposición de la UIMA, dentro de su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente, a «contribuir al impulso de la construcción con madera y la restauración de edificios patrimoniales en Andalucía».

Victoria Carreras, presidenta de Iberolam y de la Agrupación de Productores Marjal Chopo, ha explicado que esta spinoff surgida de la UGR «es una empresa de capital granadino que permite poner en el mercado nuevos productos estructurales de chopo y pino laricio generados en el proyecto LIFE Wood for Future».

M.ª Victoria Carreras, presidenta de IBEROLAM y de la Asociación de Productores MARJAL Chopo de Granada

«Contribuir con nuestra empresa a que la Universidad mejore su patrimonio, cuando es la propia Universidad la que ha generado la empresa, es un enorme orgullo», ha expresado Carreras, quien ha recordado que Iberolam puede participar, con su conocimiento y sus productos, en la rehabilitación futura de la Azucarera, declarada BIC.

La delegada de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Jaén, María José Lara, ha destacado la apuesta de la Junta de Andalucía por los aprovechamientos forestales como clave de la conservación de nuestros montes, ya que una adecuada gestión de los bosques favorece la biodiversidad y previene los incendios.

«El uso de los recursos que ofrecen nuestros parques naturales de la Sierra de Cazorla y Segura, como el pino laricio, permite el equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y la conservación del medio ambiente», ha señalado Lara, quien ha destacado la nueva oportunidad que representa el empleo de la madera de esta Sierra, abundante y de gran calidad, en la construcción sostenible industrializada.  

El arquitecto Felipe Hita, del estudio Annona, ha explicado que el uso de estas vigas de madera con fibra de carbono ha permitido resolver un problema técnico importante con una solución tecnológica que, además de cumplir con creces los requisitos técnicos, reduce la huella de carbono, al estar fabricadas con madera de proximidad.

«En restauración es importante utilizar el material más parecido posible al original, pero unas simples vigas de madera, con esas mismas dimensiones, no habrían servido. Además, en cualquier obra de restauración también cuenta la huella de carbono; cuanto menos desplazamiento sea necesario para traer la madera, mejor», ha recordado. Una vez terminado el proyecto, en el alfarje queda perfectamente visible la madera –con una decoración más simple, para distinguirse del original–, mientras las láminas de fibra de carbono no se aprecian.