El rocódromo es un producto normalizado, cuya fabricación se ajusta a rigurosas normativas de ámbito europeo e internacional. En lo que respecta a la madera, la norma marca al fabricante determinadas certificaciones y aconseja ciertos materiales que ACEP, cumple escrupulosamente.
El rocódromo invita a ingenieros y deportistas a generar ambiciosos diseños y trazados, que ponen a prueba al fabricante, que ha de ser capaz de crear ese espacio que desea el escalador; y hacerlo seguro y atractivo.
ACEP estrena sistema de producción. Y el producto es aún mejor. Los paneles de contrachapado de abedul, esto es, la piel de rocódromo, se adhieren ahora a una estructura de vigas laminadas que refuerza y hace más flexible y resistente el conjunto. Sustituir la estructura de hierro por la de madera también simplifica y facilita el montaje del rocódromo.
En este escenario, donde el fabricante corta y mecaniza viga laminada, cobra protagonismo AVOLA, la nueva máquina de ACEP. Con esta sierra circular, suministrada por MAESMA, en las instalaciones de ACEP en el polígono Maqua, en Gozón (Asturias) se corta la viga laminada hasta un máximo de 32 x 10 centímetros e incluso listones de 10 x 5 que se emplean para unir paneles en la parte trasera del rocódromo. Todo ello en diferentes ángulos, y con largos de hasta 13 metros.
