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De nuevo emergencia civil por los pavorosos incendios forestales que asolan España

Propuesta de medidas concretas de seguridad y protección.

De nuevo se están viviendo momentos de emergencia nacional por los terribles incendios que están asolando España con una rapidez y una virulencia inusitadas. Al grave incendio de Almonáster, que ha devastado ya más de 10.000 Ha y obligado a evacuar a 3.000 vecinos, se han unido los incendios de Cabezuela del Valle, el Jerte y la Vera, que afecta a cerca de 2.000 Ha., y cuya evolución está siendo favorable.

Efectivos de los servicios de extinción local, autonómico y estatal (bomberos, UME, brigadas forestales…) están luchando contra el fuego día y noche, desde hace cuatro días, lo que ha evitado, afortunadamente, tener que lamentar daños personales graves. El viento, las altas temperaturas, la densa vegetación y quizá también la falta de prevención han desatado algunos de los mayores y más virulentos incendios en lo que va de año.

El más preocupante en estos momentos es el de Almonáster, Huelva, con más de 10.000 ha. abrasadas. Desde Infoca declaran que “el fuego ha ido tan rápido que ha dejado zonas con potencial de retorno (islas no quemadas del todo). En ellas podría volver a prender, si el viento aviva llamas, saltando a copas (antorcheo) y desde la copa, desprender pavesas que prendan varios metros más lejos”.

En Cabezuela del Valle, a petición de las autoridades, la Unión Europea ha activado el servicio de gestión de emergencias del sistema de satélite Copernicus para producir mapas del incendio forestal).

Durante el fin de semana además se han unido, el incendio de Estepona, Málaga, que ha dejado un bombero herido, un centro comercial devorado por las llamas, destrozos en restaurantes, locales de ocio y un hotel de lujo afectado); o el de Sierra de la Silla, en Mula, Murcia (centenar de vecinos evacuados, y virulencia extrema en su expansión, a falta de datos sobre superficie afectada).

Se vuelve a constatar que la forma en que arden los bosques ha cambiado. El cambio climático, la sequía intensa, el abandono rural y el propio desarrollo de los incendios obligan a realizar cambios en las políticas y estrategias de defensa contra los incendios forestales y la interfaz con la población.

En general, según los expertos de TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, son incendios con un crecimiento extenso y muy rápido, debido a las condiciones meteorológicas, el viento y la sequedad del terreno. En todos ellos ha habido un importante despliegue de medios aéreos y terrestres y se ha trabajado de manera coordinada entre todas las instituciones que han participado en la extinción, adoptando decisiones rapidísimas y conjuntas.

Ante este tipo de incendios la reacción debe ser rápida y unánime. Desde TECNIFUEGO nos unimos al planteamiento de numerosos expertos que están alzando la voz para reclamar a las autoridades nuevas políticas en la gestión de los montes (prevención), y en la protección civil, haciendo un seguimiento sobre la implementación de los planes de autoprotección y una gran campaña de concienciación ciudadana sobre los incendios; limpieza de las áreas de interfaz urbano-forestal, instalación de hidrantes que aporten un buen caudal de agua en caso de necesidad, ignifugación de áreas perimetrales y las propias viviendas; y por supuesto extremar las precauciones en situaciones de riesgo, como quema de rastrojos, trabajos agrícolas, barbacoas, etcétera.

Conjuntamente, debe hacerse una revisión de la legislación sobre medidas de protección y extinción en la interfaz urbano forestal. Desde hace tiempo, TECNIFUEGO ha reunido a diversos especialistas en grupos de trabajo para intentar dar soluciones a esta problemática, entre ellas, la necesidad de elaborar reglamentos específicos de protección contra incendios forestales en la interfaz, en urbanizaciones cercanas a bosques, tanto en la protección activa (hidrantes, BIE, extintores, detección…) como en la protección pasiva de los edificios: reacción de los materiales (que no ardan o tarden en arder) y su resistencia para que no colapsen, y pueda haber evacuación; zonas confinadas y protegidas durante las horas que puedan tardar los equipos de rescate, etc.

La interfaz urbano forestal debe de combatirse con iniciativas creativas que frenen desastres como el vivido en Estepona este fin de semana. Llama la atención la rapidez y virulencia en que se extendió el fuego abrasándolo todo. Según declaraciones de un testigo del fuego, y propietario de uno de los locales del centro comercial: «Se ha quemado todo en 20 minutos… Dentro podía haber casi 1.000 personas. Hemos tenido suerte, porque era un lugar abierto y todos hemos huido hacia la playa. Si llega a ser un lugar cerrado, hubiera sido una masacre». Se constata que habría que trabajar más intensamente en la prevención e instalación de medidas de seguridad (protección activa y protección pasiva) en locales y urbanizaciones cercanas al monte; la dotación a los equipos de extinción del material necesario; el mantenimiento de equipos e instalaciones son claves para detener el fuego a tiempo.

Las empresas especialistas en la materia contribuyen también con sus investigaciones y desarrollos a que el personal de extinción y los ciudadanos dispongan de las medidas adecuadas para la protección de sus urbanizaciones, viviendas, y la extinción de los incendios forestales.

Y sobre todo en estos momentos, mucha fuerza y ánimo a todos los equipos de emergencia y extinción que en estos momentos están luchando contra el fuego.