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La demanda creciente de «productos certificados»

Con pruebas objetivas y fiables que afirman que lo que un fabricante declara sobre las prestaciones, los materiales y la seguridad, es cierto.

Cada vez es mayor la demanda de «productos certificados», documentos basados en pruebas objetivas y fiables que afirman que lo que un fabricante declara sobre las prestaciones, los materiales y la seguridad, es cierto. Una demanda que crece con fuerza entre los consumidores, cada vez más conscientes de la necesidad de claridad sobre los valores reales de los bienes que compran, en términos de calidad, seguridad, «salud» (por ejemplo las emisiones de formaldehído) e incluso desde el punto de vista de la sostenibilidad.

En lo que respecta a las certificaciones de producto, existe una atención creciente también entre los productores de muebles, que han comprendido bien cómo un producto con características y calidad certificadas por un organismo tercero independiente y reconocido es más «atractivo» e incluso permite aumentar la competitividad y el aprecio del mercado por su marca. Además la certificación de producto es considerada por las empresas una herramienta eficaz y valiosa para el control de todo el proceso productivo.

Sin olvidar que las certificaciones de producto se consideran cada vez más relevantes en los procesos de control de algunos grandes distribuidores mundiales que operan en el sector del mueble, que las utilizan como herramienta de calificación para la selección de proveedores.

Desde hace más de veinticinco años, CATAS emite certificaciones de producto sobre la base de normas internacionales y de procedimientos y reglas específicas desarrolladas ad-hoc para evaluar y comprobar a lo largo del tiempo la conformidad de muchos productos, desde paneles de baja emisión de formaldehído hasta sistemas de revestimiento, para uso interior y exterior, desde perfiles laminados para ventanas hasta elementos y componentes de mobiliario.

Y no sólo eso: Catas no sólo se ocupa de la certificación, sino también, y sobre todo, de vigilar -mediante inspecciones y pruebas de laboratorio- que las características que llevaron a la «aprobación» de un producto se mantengan constantes.

Una actividad cada vez más importante para el laboratorio italiano, a la vista del creciente reconocimiento de la competencia y objetividad punteras de sus procedimientos, una valoración que a menudo le hace preferir a otras organizaciones sólo por la precisión y fiabilidad internacional que caracterizan la reputación del Instituto.
Recientemente se han desarrollado y activado dos nuevos esquemas de certificación para marcar como «CQA – Catas Quality Award», las superficies para parques infantiles y los revestimientos para el mobiliario sanitario y las consultas médicas.

«MADE IN ITALY» DE CATAS

Hay un tema específico en este sector que vale la pena subrayar: nos referimos a la certificación de «origen italiano de los muebles», un esquema de certificación que desde hace un par de años, a partir de la entrada en vigor de la norma de referencia correspondiente, hace que la definición «Made in Italy» sea algo más que un eslogan, ya que define los criterios para permitir que un sofá, un armario o una silla den prueba no sólo de haber «nacido en Italia», sino también de cumplir una serie de requisitos que certifican su calidad y rendimiento. Una certificación que está teniendo un despliegue creciente sobre todo en los sectores de mobiliario de oficina, cocinas y baños, y que se basa en algunos pilares fundamentales.

En primer lugar, la norma nacional UNI 11674, que prescribe tanto los requisitos del proceso como los del producto, haciendo -de hecho- objetivos y verificables el origen y las «cualidades italianas». Además, se han implementado rigurosas normas técnicas, incluyendo inspecciones in situ, para verificar si las fases de producción significativas se realizan realmente en Italia, y pruebas de laboratorio para evaluar las prestaciones técnicas del producto acabado.

«Una certificación que tiene un gran interés en el mundo -comenta Franco Bulian, director general de Catas- ya que por fin hablar de un producto italiano como sinónimo de belleza y calidad ya no es sólo un tema de conversación, sino algo definido, probado, certificado.Nos encontramos ante un nuevo instrumento absolutamente estratégico para aumentar aún más el éxito del «made in Italy» en el mundo, un patrimonio de gran valor sobre el que trabajar siempre con la máxima seriedad y rigor para que sea siempre un valor absoluto, objetivo e indiscutible».